FICHA EXPLICATIVA
Nº 1
El jinete
ibérico de montilla
Esta excepcional pieza constituye un
ejemplo de la gran riqueza patrimonial que atesora nuestro Museo Histórico.
Procede de un hallazgo casual en el cerro Cocorrón que se adscribe a la
presencia de un importante poblado ibérico en la zona, datado entre los siglos
V y II a.C.
La civilización tartésica,
ascendientes de los iberos en Andalucía, era el único pueblo que los griegos no
consideraban bárbaros. El desarrollo del pueblo Ibero se produjo, en gran
medida, gracias al contacto que tuvieron sus antepasados con los fenicios, pueblo de comerciantes
oriundos del Mediterráneo oriental que entablaron unas ricas relaciones
mercantiles con los habitantes de la Península Ibérica, intercambiando sus
variados y abundantes productos agrícolas por los minerales presentes en
nuestra geografía, asimismo, aportaron sus técnicas de cerámica a torno,
perfeccionando la tecnología del hierro, progresando la técnica de construir,
vestir, el cultivo y las técnicas de orfebrería.
Gracias a todo lo anterior podemos
conocer el desarrollo de los iberos; sus asentamientos disponían encima de
cerros o colinas, rodeados de campos cultivados, formando una red de poblados
protegidos por diferentes torres o fortificaciones, uno de estos poblados es el
que se encuentra en el cerro del Castillo de Montilla; en la zona de costa
intercambiaban sus productos con comerciantes griegos y cartagineses, estos
poblados se organizaban a través de jefaturas. Los jefes de estas
organizaciones pronto asimilaron las influencias orientales mientras que el
pueblo llano las fue asimilando más poco a poco.
La pieza pertenece a uno de esos
jefes de un poblado ibérico. Se trata de un jinete en bronce con una altura de
5,80 cm., y 48,30 gramos que lo podemos englobar en el grupo de los conocidos
“signa equitum” o estandartes ibéricos tipo “Jinete de La Bastida”. Esta
representación obedece al deseo de perdurar la memoria de un antepasado
considerándolo como un héroe a caballo, esta idea nos indica la existencia de
una élite aristocrática de carácter ecuestre y se colocaba sobre un bastón de
madera revestido de una lámina metálica, por lo tanto aquí tenemos la vara de
mando de un mandatario. La pieza plasma un hombre sobre un caballo con la
representación de una falcata, es decir una espada corta, sobre su abdomen; al
ser una representación de un antepasado se consideraba protector del clan
familiar, por lo que la obra completa era una vara de mando y un signo de
protección.
Nos son muy frecuentes los hallazgos
de estas representaciones en la Península; además del jinete montillano
destacamos los dos ejemplares encontrados en Espejo que en la actualidad se
conservan en la Real Academia de la Historia de Madrid, el jinete del Museo de
Cuenca, el “Jinete de Saint Germain” en Francia o el famoso “Jinete de la
Bastida” de Valencia. Todos ellos tienen unas características estilísticas
similares donde se aprecian las influencias griegas y que conforman un conjunto
de gran interés para el conocimiento de la cultura ibera.
[i]
Figuras procedentes del articulo de Alberto J. Lorrio (2006): “Un nuevo
estandarte ibérico procedente de Montilla (Córdoba)”.Boletin Asociación
Provincial de Museos Locales de Córdoba,7, págs.167-173.