jueves, 30 de enero de 2014

Ficha explicativa nº 5: "EL TESORO" DE MONTILLA


FICHA EXPLICATIVA  Nº 5

EL  TESORO DE MONTILLA
 
En un lugar indeterminado del término municipal de Montilla al realizar unas labores agrícolas, unas piedras obstaculizaban los trabajos que se estaban llevando a cabo. Dichas piedras resultaron ser unas losas que al desenterrarse dejaron al descubierto objetos metálicos, restos de un esqueleto humano y algunas cerámicas. En primer lugar se encontró la diadema, que fue dejada de lado al pensar que carecía de valor, pero al extraer los objetos de cobre creyéndolos de oro recogieron la diadema y demás objetos metálicos, despreciando los cerámicos. Poco más se sabe de este hallazgo ocurrido en abril de 1917, sólo que se trataba de una tumba de inhumación. Este lote de materiales fue vendido a D. José Aumente, un joyero cordobés, el cual tenía la intención de fundirlo para su joyería. Alertado el profesor D. Juan Cabré Aguilló del hallazgo y de la suerte que iba a correr, compró el lote con la noble intención de salvar aquellas joyas arqueológicas. Dicho arqueólogo depositó estas piezas en el Museo Arqueológico de  Barcelona, donde se encuentran actualmente.



Con motivo de la creación del Museo Histórico de Montilla el Excmo. Ayuntamiento pensó, acertadamente, en realizar una réplica del llamado “Tesoro de Montilla”. Para tal efecto se contactó con el Departamento de Prehistoria de la Universidad de Córdoba, en el que por suerte estaba realizando su tesis doctoral sobre el periodo calcolítico doña Dolores Ruiz Lara. Esta investigadora nos proporcionó desinteresadamente toda la documentación disponible sobre las piezas, que le habían sido mostradas en el Museo Arqueológico de Barcelona, incluyendo las medidas de la diadema, los dos brazaletes de oro, el puñal y las cinco puntas de cobre. Todas estas piezas se habían inventariado con el mismo número, el 25.612, de lo que se deduce su procedencia común. La réplica exacta realizada con estos datos fue patrocinada y donada por la joyería Ópalo de Montilla.

El conjunto de piezas en cuestión ha sido objeto de diferentes estudios, pero la valoración más ponderada se debe a un trabajo de Delibes, 1977, que lo considera como ajuar funerario adjudicable al horizonte campaniforme, con una edad en torno a los 2500 años AC. Con el transcurrir de los años y una guerra civil de por medio,  el lote de puntas que componía el Tesoro de Montilla sufre un incremento, pasando de cuatro que fue lo adquirido por Cabré en 1917, a cinco que fueron las mostradas a Doña Dolores Ruiz Lara para su tesis. Un reciente estudio realizado por Don Jordi Rovira i Port pone luz al aumento de una punta más en el tesoro de Montilla; dicha punta tipo palmela procede de tierras segovianas, y fue adquirida por el Museo Arqueológico de Barcelona en 1940 e inventariada con el mismo número que las montillanas. Como el tiempo pone cada cosa en su sitio, de nuevo el tesoro de Montilla consta de una diadema y dos brazaletes de oro, un puñal y cuatro puntas de cobre.

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